lunes, 1 de marzo de 2010

DAVID ROMERO DEJA UN BUEN SABOR DE BOCA EN GRANADA


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No fue una tarde cualquiera. Los que no asistieron, amantes de la cultura, en general, y de la poesía en particular, se perdieron un hermoso acto. El paso por Granada de David Romero Raposo, autor de "Tras las huellas", (Colección Selene de Poesía) "pequeño en tamaño pero grande en contenido", en palabras de Pacurri, será recordado por el buen sabor que dejó a los asistentes.

Lo decimos no sólo por el buen manzanilla de Sanlúcar que pudimos saborear tras su celebración sino, y, sobre todo, por la cuidada introducción que del autor realizó Pacurri que completó con una no menos cuidada entrevista, -¡cómo se nota que echa de menos sus tiempos de radio!-, que terminó por acercarnos a este poeta gaditano de "la pulsión, rebeldía y emoción".

Sentimientos

"A la hora de escribir no pienso que escribo poesía sino que escribo sentimientos", manifestó el poeta dando la razón a su prologuista Jesús María Serrano. En referencia a Gabriel Celaya el entrevistador le preguntó si la poesía es un arma cargada de futuro a lo que respondió afirmativamente pues "lo hemos visto con la música y la poesía en el caso de Víctor Jara, en Chile". Así mismo, reconoció la influencia que la Generación del 27 "pues fue capaz de condensar en muy pocos años toda la poesía del Siglo de Oro. La verdad es que fue una generación impresionante que si nos pusiéramos a nombrarla seguro que se nos olvidaría algún nombre. Vivió una época muy complicada de la Historia de España y decidieron en un momento determinado que no podían quedarse quietos".

Más sorpresas

Todavía nos quedaban más sorpresas en este acto: un recitado en francés y gallego porque en esta lengua están compuestos "La frontera" y "O caminho do Ceo".

También David, que en la actualidad realiza la función de conserje de un centro educativo a la vez que estudia Filosofía, recitó su particular homenaje al granadino universal titulado "Llanto por Federico García Lorca" con el que cierra su obra que le surgió cuando paseaba por los lugares donde se supone fue asesiando y que le hicieron plantearse qué sentiría Federico en sus últimos momentos, cuáles habrían sido las últimas palabras de su último minuto. Después buscó en los libros escritos por el poeta de Fuentevaqueros y "me quedé muy sorpendido porque hay algunos poemas muy concretos que parece como si hubiese sido capaz de ver su propia muerte". Así surgió su poema que, como un calco de su Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, comienza:

En un paredón de olivos
mataron a Federico,
cien gitanos, sombras negras,
acompañan su martirio.

Todavía nos quedaba disfrutar de las excelentes versiones que Ginés y su buen amigo han realizado de dos de sus poemas "Libertad" y "La carta" que en vivo y en directo llenaron, como no podía ser menos, de música y versos la Sala Nueva Gala. ¡Un brindis por este joven poeta sanluqueño!

Leer los Llantos por FGL, Machado y M. Hernández

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